lunes, 29 de noviembre de 2010

La diaspora argentina se organiza

En los últimos años, la comunidad de compatriotas en el exterior empezó a dar señales cada vez más activas de querer mantener fuertes los lazos con el país. A través de ONG y fundaciones o en asociación con el Estado, hoy la decisión de tender puentes, colaborar y sumar experiencias multiplica sus estrategias
Diego Melamed
Para LA NACION
Domingo 28 de noviembre de 2010 | Publicado en edición impresa

Se fueron hace años, algunos corridos por la violencia política, otros por las recurrentes crisis económicas del país o, sencillamente, buscando nuevos y más generosos horizontes para su futuro profesional.

Desde hace más de cinco años, la cantidad de argentinos que vive en el exterior, según estimaciones oficiales, ronda el millón, cifra que este año ya se calcula en 1.300.000. Lo más probable es que sean muchos más, ya que muchos de ellos poseen doble ciudadanía y, en ese caso, los ministerios del Interior los consideran nacionales del país de residencia.

En estos últimos años, esa comunidad de compatriotas en el exterior empezó a dar señales cada vez más activas de querer mantener fuertes los lazos con el país. A través de iniciativas impulsadas por argentinos que viven afuera, con el impulso de ciertas ONG o del Estado, hoy el esfuerzo por seguir siendo parte de la Argentina es más evidente que nunca.

A la creación en 2007 del programa Provincia 25 -que busca garantizar los derechos ciudadanos de todos los argentinos en el exterior y que este año hasta tuvo stand propio en el Paseo del Bicentenario- se sumó, esta semana pasada, la entrega de los premios "Raíces" a los científicos argentinos que viven en el exterior y aportan al país desde sus lugares de residencia. Los premiados fueron Nora Sabelli, David Castiglioni, Marcelo Cereijido y Francisco Baralle.

La mayoría de estos científicos se formó en la universidad pública. Para ellos, colaborar desde afuera es una forma de agradecer la formación gratuita que recibieron aquí. El Ministro de Ciencia Lino Barañao, autoridad que entregó las distinciones para esas mentes brillantes en el exterior, lo explica de este modo: "Esa formación [de los científicos premiados] cuesta a nivel internacional 200 mil dólares y hay más de 7000 científicos en el exterior, por lo que el país tiene 1500 millones de dólares en científicos emigrados aproximadamente. Ellos nos apoyan al formar investigadores en los centros más prestigiosos del mundo, vienen a capacitar profesionales aquí, hacemos proyectos de investigación conjuntos entre argentinos de aquí y del exterior. Además, muchos integran comités internacionales que otorgan becas y financiamiento, por lo cual nos mantienen al tanto de lo que sucede y pueden defender el valor de nuestros graduados."

Otra prueba reciente de la vitalidad de la pertenencia argentina la dio el mes pasado el "Primer Encuentro de Asociaciones y Redes Sociales Argentinas en Europa", organizado en Cataluña por la Federación de Asociaciones Argentinas de España y Europa (Fedear), que contó con la presencia de 82 asociaciones de Alemania, Bélgica, Grecia, Holanda, Italia, España, Francia, Noruega y Suecia. Una de las conclusiones más importantes de la reunión fue "la necesidad de consolidar un espacio argentino en Europa y un espacio electoral fuerte de acuerdo al volumen de argentinos que residen en este continente", para lo cual es preciso solicitar "colaboración de los consulados para facilitar las inscripciones y poder ejercer el voto fuera de sus sedes"

Considerar a los emigrados como parte del país y realizar políticas de vinculación con ellos es una tendencia creciente en la región. Sin ir más lejos, en Uruguay, los expatriados ya "son un Departamento más que se suma a los 19 e interactúan con nosotros mediante consejos consultivos diseminados en todo el planeta y reunidos en el Departamento 20" (link www.d20.org.uy ), cuenta a LA NACION el ministro de Educación del Uruguay Ricardo Erlich.

Otro país vecino ofrece un ejemplo claro de cómo podría funcionar esta vinculación: en Chile ya da frutos Chileglobal. (link www.chileglobal.org ).

En Brasil también se promueve la integración. Así lo explica el ministro de Educación de ese país, Jorge Almeira Guimaraes: "Argentina y Brasil son los países vecinos con más intercambio científico del mundo, más que EE.UU. y Canadá, más que Alemania y Francia, y eso en parte se debe a los científicos argentinos que están en Brasil".

De hecho, en la base de datos del programa Raíces hay 4500 científicos argentinos que trabajan en el exterior y Brasil es el segundo lugar de residencia (21%), sólo superado por EE.UU. (30%) y luego Francia y España, cada uno con 8%, Alemania (5%) Canadá (4%) y Reino Unido e Italia, con 3% cada uno.

Tender puentes

Las distintas "oleadas" de inmigrantes que han sedimentado la demografía de nuestro país muestran que Argentina se nutrió de quienes llegaron hace más de un siglo, fundamentalmente de Europa. Luego vio partir hacia el Norte a miles de hijos de aquellos inmigrantes durante el exilio político de la década del 70 y a los nietos durante el éxodo económico tras crisis como la hiperinflacionaria de fines de los 80 o la recesiva de principios de este siglo. Ahora no hay una fecha tan clara de retorno como lo fue el regreso de la democracia en 1983 para quienes se habían ido durante la última dictadura. Ya consolidados en el exterior, los argentinos expatriados buscan constituirse como diáspora y plantean, además, que es posible que el país interactúe con ellos a través de instituciones.

Sobre el voto expatriado también habían debatido en el Congreso Nacional, que por primera vez le dio cabida al tema, en diciembre pasado, cuando recibió a 130 representantes de asociaciones de argentinos radicados en 22 países. Allí el diputado Ariel Pasini (FPV) anunció que había presentado un proyecto de ley que otorga 5 bancas a emigrados que regresarían al país a representar a 1.300.000 integrantes que, según datos de Cancillería, componen ese distrito. En esa oportunidad, se presentaron proyectos que ya están funcionando, como la Escuela "Manuelita" en París, organizada voluntariamente por argentinos que quieren que sus hijos no pierdan el español materno. O el Club de fútbol Rosario Central... de Barcelona.

El 21 de este mes se reunirán a trabajar nuevamente en el Ministerio del Interior, según anunciaron en el encuentro de Fedear el mes pasado, para pedir la apertura de consulados itinerantes para facilitar el voto. "Según el decreto 254 firmado el año pasado a solicitud de los cónsules, la Cámara Nacional Electoral podrá habilitar mesas donde haya un número significativo de electores en el exterior. Entendemos que esto incrementará de manera significativa el voto desde el exterior", sostiene Sara Martínez, directora del programa Provincia 25. Además, para que aumente esa participación, el Secretario General de la Casa Argentina en Madrid, Matías Garrido, explicó que para el 2011 se contará con nuevas tecnologías y que para poder votar será necesario que los interesados se matriculen en el consulado correspondiente y soliciten su inscripción en el padrón electoral.

Sin embargo, la cuestión del voto no es una preocupación compartida de manera unánime por los argentinos en el exterior. Para algunos es un derecho que quieren ejercer, para otros, un derecho irremediablemente perdido.

Como expatriada y experta en migraciones, la rosarina Paula Carello suma su visión: "Muchos de los que nos hemos ido seguimos vinculados al país de diversas maneras. Lo que sucede en Argentina nos afecta directa o indirectamente, ya sea que pensemos en volver o quedarnos en el exterior. Para mí, es sumamente importante interactuar también a nivel político, aun estando afuera, si queremos influir en aquellas decisiones políticas que nos tocarán más adelante. Aún falta una coordinación estatal para lograr una política integral de vinculación con la diáspora. Como se percibió en el encuentro de Federar, la sociedad civil está trabajando para llenar algunos espacios, hacer reclamos, aportes y así contribuir a moldear esta futura política integral" dice desde Bruselas, donde trabaja en el Centro Internacional de Desarrollo de Políticas Migratorias.

Con mas años fuera del país, Horacio Vazquez Rial -quien contribuyó a la creación de la Casa Argentina en Barcelona- suma un matiz distinto. "En los años del exilio, había problemas concretos que resolver y era una forma de expresarse políticamente respecto de la Argentina. En 1983, la mayoría volvió al país, y los que no, nos convertimos en inmigrantes. Era una decisión personal, que no tenía por qué tener un correlato colectivo. Los colectivos estarán interesados en votar, pero el voto es algo radicalmente individual -dice desde Madrid el premiado escritor, quien no ve con simpatía los intentos por organizar y promover el voto de la diáspora-. "Como conozco bien el problema del voto de los emigrantes españoles en el exterior y su utilización por los partidos políticos mediante lobbies, me niego a la organización de ese voto. Son manejos al margen de los que vivimos afuera, integrados en otras sociedades, aunque sigamos interesados y preocupados por el país. Pienso que si uno se fue, se fue con todas las consecuencias, incluso la de la pérdida de ciertos derechos políticos, que corresponden a los que sufren la realidad."

El Centro Argentino (CEGA), un espacio de encuentro e intercambio social, intelectual y cultural para argentinos y amigos de Argentina en Estados Unidos, tiene diez años de experiencia y aproximadamente 2500 miembros entre sus sedes de Washington DC, Nueva York, Miami, Texas y California. Junto con la Asociación de Profesionales Argentinos en el Reino Unido (Aparu) son los principales promotores del Encuentro de Cooperación de la Diáspora Argentina, Ecodar, que, con el objetivo de construir una red global de talentos, ha realizado encuentros entre científicos y profesionales que viven en Estados Unidos y Reino Unido con funcionarios del Estado, empresas y universidades locales.

Así, por ejemplo, entre mayo y diciembre de 2008, el Banco Mundial realizó, junto con Endeavor Argentina y el IAE de la Universidad Austral, el proyecto "Mendoza emprende", gracias al cual muchos emprendedores argentinos recibieron de integrantes de Ecodar capacitaciones sobre cómo desarrollar un plan de negocios a nivel global. "La misma tecnología que usamos en nuestros trabajos cotidianos para desarrollar empresas innovadoras es la que nos permite interactuar con el país", dice desde Sillicon Valley Adolfo Nemirovsky, físico argentino experto en el desarrollo de empresas de base tecnológica y uno de los fundadores de Ecodar. Nemirovsky estima que esta iniciativa de voluntarios estará inscripta como fundación en nuestro país a fin de este año.

Llegaron en barcos y, en dos generaciones, algunos de sus nietos retornaron en aviones. Ha sedimentado ya esa marea humana y crece a ambos lados del océano. Hoy están conectados al instante y aun lejos es posible compartir un espacio común, tan virtual y real como un emprendimiento, una campaña electoral o un proyecto... de país. No se habla tanto de fuga de cerebros sino de escuelas argentinas y padrones electorales en el exterior, remesas, de redes sociales y circulación de conocimientos. Llegan afectos, ideas y llegarán cada vez más votos, dinero y proyectos de colaboración. Se empieza a escribir en el Bicentenario la constitución de la diáspora, nuestra Provincia 25.

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